Ensayos maniacoideológicos

cacofonías del egoísmo

4/16/2003

Siempre que algún puente se acerca, el rendimiento laboral se aletarga. Ahora, cuando muchos de mis compañeros de trabajo decidieron tomar sus vacaciones, el espacio en el que laboro se encuentra casi desértico. Una de las ventajas de que esto se encuentre así es que puedo fumarme algunos cigarrillos sin el temor a ser sancionada. Los censores de la adicción a la nicotina están pasando sus vacaciones en alguna contaminada playa nacional y yo, aquí, tratando de escribir algo coherente y lejos de los problemas de la humanidad.

En los últimos días no he podido parar de hacer especulaciones en torno a "cosas" que me suceden y que hago que me sucedan. Hacer simbólica la cotidianidad se ha vuelto en una adicción; esta nueva adicción "ilumina" mis espacios negados por la razón. Encontrar significados "divinos", aún a fuerza de considerar la existencia de un ser superior absorbe mis espacios de soledad.

¿Que más se puedo hacer cuando me niego constantemente a involucrarme sentimentalmente con alguien? trabajar 7 y media horas cada día, comer en algún lindo lugar, caminar, hacer ejercicio en la bicicleta fija, escribir panfletos seriados, ir al cine, encerrarme a ver las telenovelas, leer libros de aventuras, olvidar el pasado inmediato y salir a comprar botellas de vino baratas me ha acercado tanto a mí, que me resulta muy complicado no aspirar a otro tipo de realidad.

El reconocimiento laboral no se ha hecho esperar, ahora hasta incentivos económicos recibo... espero que este lugar sea capaz de despedirme pronto.