A proposito del amor

Nuestro condicionamiento cultural, sobre todo de nosotros, jovenes, nos lleva a negar la existencia de ese sentimiento que significamos como “amor”. Decir “te amo”, se ha convertido en un especie de cliche, necesario en algunos momentos para justificar nuestras ganas de coger, por ello, el decirlo ha perdido toda su connotacion constructiva: de vida, de creacion estetica y etica, porque “todo lo bueno es necesariamente bello”.

Sin embargo, sabes, significar ese sentimiento es tan complejo como tratar de entender de un plumazo la realidad. Muchas personas lo han tratado de hacer y sin embargo, considero que los poetas han sido los que mejor lo han hecho.

Las abstracciones a las que se refieren los poetas nos sumergen en un mundo distinto a la racionalidad en la que nos han educado. Tratar de entender ,y aceptar sin mas, lo que nuestro cuerpo y espiritu: nuestra respiracion; el sudor de nuestras manos; la agitacion cardiaca; las ganas irracionales de tocar otro cuerpo; el nudo en la garganta; el enmudecimiento momentaneo; la ansiedad; el estremecimiento; los escalofrios; el estallamiento cerebral; asi como negacion racional de ese sentimiento; nos resulta casi imposible, nos agobia, nos obliga a reprimir expresarnos “eso”, “eso” que llega a inundarnos en algunas ocasiones, incluso con personas distintas.

El “amor”, eso que llamamos “amor”, en esta sociedad de devastacion, solamente permite ser utilitario, se rige mediante contratos mercantiles, se institucionaliza mediante el matrimonio y se desprende, con la institucionalizacion, de su contenido original. Las otras formas de amar, no son menos utilitarias: encontrar a alguien para satisfacer los instintos hormonales periodicos que nos recuerdan nuestra animalidad, o aferrarnos a un sentimiento unilateral y destruir a nuestro no-interlocutor y con ello destruirnos a nosotros mismos.