Ensayos maniacoideológicos

cacofonías del egoísmo

1/09/2003

Aquí, sola, después de casi tres meses de vivir una vez más sin ningún ser humano. Me encuentro en la pasividad de mi nuevo hogar, mientras, de cuando en cuando salgo a la azotea a observar los edificios y las ventanas de los vecinos mientras me fumo un carrujito. Varios edificios puedo apreciar mientras realizo mi cotidiano ritual: veo el wtc, lugar donde se trasmitía día tras día mi noticiario favorito y que ahora, después de un par de semanas, es sustituido por las afamadas barras cromáticas. Fue tal la indignación que me causó la toma de la señal de canal cuarenta, que no he podido ver ningún otro noticiero ¿por qué?, sencillamente porque detesto a los conductores de tv azteca y televisa.

Mientras en nuestro aguevonado país se discuten los efectos negativos del tratado de libre comercio, así como el reacomodo del gabinetazo de Fox por la salida del antipático Castañeda; mientras las acciones gangsteriles, hasta hace unos años en manos de grupos políticos, se hacen cada vez más cotidianas en las empresas de comunicaciones y se suceden asesinatos caciquiles, el mundo se comienza a preparar para la guerra.

La guerra es inminente. Los marines del norte se trasladan hacia el centro geopolítico rebelde. Los norteamericanos alistan a sus reservistas para el combate. La estrategia de espionaje contra cualquier extranjero (estudiante, maestro) en E.U. se encuentra en marcha.

Cuando en vivo y a todo color las torres gemelas del wtc se vinieron abajo; era fácil suponer que la respuesta bélica no sería en exclusivo para deponer a los extremistas talibanes. Era obvio que la guerra se haría extensiva a espacios estratégicos gobernados por antinorteamericanos.

Suficientes indicios, filtrados por la prensa internacional hicieron y hacen suponer una estrategia de complot detrás de los sucesos fatídicos del 11 de septiembre; pero más allá de las suposiciones mediáticas, el hecho es concreto: los gobiernos del norte ocuparán en uno, dos, o diez años el medio oriente. La explosiva zona y sus líderes son un peligro de abastecimiento de petróleo para Estados Unidos de Norteamérica. El medio oriente concentra el 66.40% de las reservas mundiales de crudo, urgentemente necesarios para la supervivencia de las trasnacionales energéticas. Dentro de la lista del mal, países invadibles, se encuentran los ya clásicos promotores del "terrorismo": Libia, Siria y Sudán. ¿y los Palestinos? ¿los temerarios isrraelies aprovecharán la coyuntura?.

Yo, aquí, esperando que en unos cuantos meses cientos y miles de ataúdes inunden los aeropuertos del mundo occidental.