Ensayos maniacoideológicos

cacofonías del egoísmo

5/25/2005

Por fin me decidí y pude comprarme algunas golosinas medioadictivas. Hacía ya meses que había abandonado ese hábito, sin embargo, antes de ayer no pude más que organizar mi tiempo y ejecutar mi deseo.

Ayer, todo el día ejercitando mi órgano más desarrollado, la lengua y hablar, hablar y hablar; desde temprano acordar con algunos clientes las estrategias a seguir para que su proyecto editorial quede consumado y luego una reunión express para mostrarle la editorial a otro más y un autor feliz porque su novela quedará completamente corregida el lunes próximo; y que si no tenemos una novela de nuestro querido poeta para que el novelista se empape de nuestras publicaciones; y un cafesito y un vasito con agua y luego que porque no una posible coedición de una linda y propositiva revista sobre pensamiento latinoamericano; y que no se vaya a ir uno de nuestros mejores clientes, porque el jefe no puede concluir con una reunión que se extendió más de la cuenta y que si no, que el clientebueno llegó a la una cuando la cita era a las dos y mucho je je je y mucho ja ja ja y que ya de política de fox da hueva hablar y que si ya también da muchísima hablar de futbol y que te vaya bien y parece que todo bien y pues resulta que después de las dos de la tarde mi cuerpo pedía un poco de alimento y yo sin poder componer mi cara, destrabar mi sonrisita perpetua. Y después tener que ir al dichoso diplomado y salir corriendo porque en mi casa me esperaba un relajante tesoro.