Ensayos maniacoideológicos

cacofonías del egoísmo

4/24/2003

Hoy, por enésima vez el pasado me cobra facturas. Lo peor del asunto es que seguramente el pasado seguirá regresando de manera periódica, así como las personas del pasado regresarán fortuitamente...
AMOR SE LLAMA EL JUEGO

Hace demasiados meses
que mis payasadas no provocan tus
ganas de reír
no es que ya no me intereses
pero el tiempo de los besos y el sudor
es la hora de dormir

Duele verte removiendo
la cajita de cenizas que el placer
tras de si dejó
mal y tarde estoy cumpliendo
la palabra que te di cuando juré
escribirte una canción

Un Dios triste y aburrido nos castigó
por trepar juntos al árbol
y atracarnos con la flor de la pasión
por probar aquel sabor.

El agua apaga el fuego
y al ardor los años
amor se llama el juego
en el que un par de ciegos
juegan a hacerse daño
Y cada vez peor
y cada vez más rotos
y cada vez más tú
y cada vez más yo
sin rastro de nosotros.

Ni inocentes ni culpables
corazones que destroza el temporal
carnes de cañón
no soy yo ni tú ni nadie
son los dedos miserables que le dan
cuerda a mi reloj

Y no hay lágrimas que valgan para volver
a meternos en el coche
donde aquella noche en pleno carnaval
te empecé a desnudar.

El agua apaga el fuego
y al ardor los años
amor se llama el juego
en el que un par de ciegos
juegan a hacerse daño
Y cada vez peor
y cada vez más rotos
y cada vez más tú
y cada vez más yo
sin rastro de nosotros.

Joaquín Sabina

4/21/2003

Pues bien, el largo puente de semana santa ha concluido y no queda más que esperar que el del próximo primero de mayo me resulte tan descansado y productivo como éste.

Inicié mi largo puente descansando...el jueves por la noche asistí a una; porqué no, complicada obra de teatro: "Mundos posibles", de John Mighton y dirigida por Alejandro Ainslie y que se presenta en la sala Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque, todo gracias a una cortesia que tuvo a bien regalarme MOMi, uno de los actores de la puesta.

Así, con un poco de trabajo pude sumergirme en los diversos mundos que el autor propone, así como en la temática que en los últimos años se ha vuelto una especie de lugar común: la virtualidad real. Obra que me recordó cintas como Matrix y the fight club, recomendable, aún cuando su protagonista: María René Prudencio, actúa mejor en televisión que en teatro...