Ensayos maniacoideológicos

cacofonías del egoísmo

6/02/2006

De pronto los sueños se pierden en la inocuidad de la perversidad humana. La risa se extravía en la inocencia. El perdón no soporta ni un día más en esa cabeza loca y absurda. Son tantos y tantas actitudes molestas, enfermas, en el rededor de un cubículo plagado de papeles, de libros, de notas desordenadas, que no puede haber nada más que un mar de cuestionamientos.

La pantalla proyecta insensibles crónicas de la cotidiana y mediatizada vida. Y de pronto el dolor se torna... Duele mucho, duele mucho la muerte inducida por la terquedad de un sistema siniestro. Muerto él: el sujeto, el hombre, el niño que dispuso participar en una manifestación; el resultado, cientos de víctimas: violad@s, vejad@s, golpead@s, asesinad@s, encarcelad@s.

Esos hombres y mujeres de todas las edades (como las víctimas de todos los rincones del mundo) no pueden tan pronto agotar su grito, su llanto. La perversidad del sistema policiaco local, estatal, federal, continúa recogiendo lo que sembró con la represión a ese Atenco politizado; tan distinto de tantos otros atencos del mundo. Hoy fue declarado muerto Alexis Benhumea despues de un mes y cuatro días de la violencia ejercida por el estado, muere un joven prometedor, un humano en manos de quien sabe quién con uniforme azul que, sin duda, cumplía con una orden superior.