Ensayos maniacoideológicos

cacofonías del egoísmo

4/06/2006

NARRACIÓN DESESPERADA

Los señuelos se desgastan muy pronto. Ya no se puede continuar con esta “no estrategia”: la fuerza per se. La presa esta cada vez más imbricada en la violencia, y se sostiene en una economía de guerra. Han pasado ya un par de décadas desde que inició el proceso que hoy narro.

Así, ni las imágenes, ni las armas no letales inciden en su número de efectivos. Por el contrario, el uso constante de las estrategias de control no letal: sonidos, gases, luces, ondas sonoras de diferentes decibeles, nanotecnología, los vuelve cada vez más fuertes: cual bichos ante dosis continuas de insecticida. Incluso, las armas que tradicionalmente habían significado la muerte simplificada: plomo, racimo, virus, cada vez que son usadas para amilanar la belicosidad de los enemigos, son menos efectivas.

Podría parecer imposible pero incluso el gas mostaza, que garantizó el triunfo de los aliados y del imperio en la primera guerra mundial, así como en los conflictos en contra de las tribus y estados de medio oriente, con la muerte de cientos de miles de civiles, ahora es poco, o casi nada, efectivo.

En estos momentos, es inexplicable cómo, con una tecnología extraordinaria, resulta remoto pensar en el exterminio: práctica cotidiana y efectiva durante el siglo veinte y principios del veintiuno. Esos seres que hemos transformado, principalmente, con el proyecto de control social “no letal” han cambiado su sobrevivencia y fuerza por su reproducción. Está comprobado, gracias al estudio de algunos presos, hace unos diez años, que los rebeldes tienen una incapacidad para reproducirse y que por ello, los niños en sus filas son inexistentes. Cabe aclarar que cuando inició la marcha, sí habían niños y de hecho, representaron un alto porcentaje, pero, con la transformación de la estructura fisiológica de los rebeldes, se diezmó su capacidad reproductiva.

Los científicos que junto con el pentágono desarrollaron el proyecto “no letal”, son investigados por las consecuencias de sus armas. Ahora, ante la picota, dichos científicos, asociados a los hippies de los años sesenta y que intempestivamente cambiaron de bando, bajo una lógica de no muerte: consistente con su discurso original, aseguran que no hay ninguna relación entre su proyecto y la capacidad de recuperación de los rebeldes. Es decir, el desarrollo de sus proyectos no había considerado que las personas expuestas a constantes bombardeos de “no letales” cambiarían su constitución biológica. Amenaza que se extiende día con día.

Ahora, no solamente los servicios de inteligencia se encuentran en un juicio que ya dura unos quince años sin ningún avance. Sino que, la vida de los científicos y de quienes habían comprado el proyecto “no letal” se encuentran en el pasillo de la muerte, junto con cientos de miles de delincuentes comunes.

Desde que los rebeldes pusieron en práctica del secuestro como forma de intercambio de presos, disminuyo a tal grado la cantidad de rebeldes en las cárceles, que hoy día está en ceros. Aún con cero presos políticos, el secuestro continúa; ahora, el intercambio se hace con tierra del norte.
Incluso, la práctica, por la efectividad en las negociaciones en favor de los delincuentes es tan popular que la población en general ha comenzado a ejercerla de manera común, representando hasta un cincuenta por ciento de los ingresos económicos de los pobladores de norte, aunque, cabe reconocer, que con el aumento del poder adquisitivo de la población civil, el ingreso per cápita se ha elevado constantemente y las empresas productoras de bienes de consumo reportan un crecimiento importante, el cual, no se había generado desde hace unas tres décadas.

Ahora, se entiende la pobre liquidez en la que se encuentra el estado mundial, en contraposición con el crecimiento reportado por la iniciativa privada basada en bienes de deshecho. El estado mundial, utopía realizada cuando comenzó la marcha de los rebeldes, se encuentra ahora fundamentada en una paradoja: continuar alimentando la violencia y a los ejércitos fronterizos o dimitir.

Los territorios autónomos rebeldes acumulan una exorbitante cantidad de kilómetros cuadrados en tierra, los antiguos latifundios de los Creel han sido rebasados potencialmente y continúa su crecimiento, ya no sólo el sur, gracias a la resistencia de los defensores locales de la propiedad, sino incluso en el norte, en el cual un sector ha sido fundamental en dicho proceso: los miles de migrantes, que se identifican y significan con las comunidades autónomas del sur.

Pero, deacuerdo con un estudio económico patrocinado, la riqueza que aún tiene una población considerable del norte, nos garantiza una década más de vida en normalidad. Sólo que mantener la rigidez en la aplicación de la ley nos restaría un lustro, por lo menos, esto debido a que, desde que las fronteras fueron cerradas y los ejércitos mantienen el control, la alta incidencia de los efectivos en actos delincuenciales y corrupción, engrosan la población carcelaria día con día.

Consideramos sin embargo que las cadenas televisivas de occidente, dan seguridad y estabilidad a la población del mundo normal, mientras que éstas no sean interceptadas y hakeadas por los rebeldes.

Y vuelvo a la transformación de los rebeldes: seres cuasi inmortales que no dejan de ocupar territorios y de propagandizar sus proyectos de horizontalidad y autonomía.

Con ellos nada ha sido efectivo: ni la infiltración, ni las casi gratuitas porciones de drogas, ni los enfrentamientos logran amilanar esa irracional potencia. La preparación y reconstrucción de sus estructuras óseas son el resultado de las constantes exposiciones a químicos en esas diarias batallas contra la policía y los ejércitos: pero ¿quién puede entender su discurso?, aseguran que sólo quieren hablar con la gente del norte. Pretenden el discurso y para conseguirlo azuzan con continuar ocupando tierra y avanzando hasta el final.

Es tan lejano el día en que inició el enfrentamiento, que es casi imposible imaginar como esa masa de rostros similares: desgastados por el potente sol del desierto frontera; aspecto de deshidratación, ojos hendidos por la desnutrición, pies fuertes e hinchados de tanto andar por la miseria, se hayan transformado tan diametralmente.

Pocos en un principio, pero, súbitamente, en una operación aritmética aumentaron su número. Pero es que en verdad resulta absurdo que habiendo para el inicio de la marcha al norte, claros antecedentes de marchas que provocaron crisis o incluso revoluciones, como en China; los analistas de los estados de la época no haya previsto lo que se acercaba. Aunque algunos consideran que el único recurso disponible era la fuerza, método que demostró su ineficiencia muy pronto.

Una explicación más de su cambio son esos rostros quemados, casi marrones que al entrar en contacto con los gases tóxicos de esa mañana de inicio de los combates, se recrudecieron en demasía, al grado de que, en un par de semanas de constantes amagos de fuerza y golpes, encarcelamientos y motines, se convirtieron en corazas, que junto con sus extremidades, son sus defensas más implacables, junto con sus lenguas.

4/03/2006

Pues un año más y la vida continúa. ¿Qué decir de este espacio que continúa cambiando de estado de ánimo? Cada día más lejos de lo que fui. Cada día más cercana la utopía y con menos ánimos para continuar en la escena que me significó por tanto tiempo. Cada día reivindicando más esos espacios que me hicieron crecer a pesar mío. Y la vida sigue, y si es cierto que las wicas vivimos muchos años; entonces, es verdad que me hace falta vivir muchos años para encontrarme con el significado de mi existencia. Inverosímil cumple, porque hasta ahora, he recibido muchas felicitaciones, hasta de mi madre que por algún tiempo olvidó esa memorable fecha. Bonito día, con una excelente mañana: clara, soleada, calurosa. Llena de vida, de esperanza (uy!). Desde mi ventana de un sexto piso puede apreciar un ajusco claro, árboles entre viviendas intrincadas. Y los mensajitos llegan que llegan. Ahora, en una nueva casa, tres en menos de un año espero que sean suficientes, con una compañía sólida. Con los deseos de cambio perpetuo fuera, con los mismos recuerdos que vuelven por casualidad. Con bodas que anuncian viejos amigos, con cambios y más cambios y con más sueños de estabilidad, de crecimiento. Así sea.