Ensayos maniacoideológicos

cacofonías del egoísmo

2/14/2005

Para seguir con un viejo chiclé, que seguramente tiene más años de los que yo pretendo vivir, escribo hoy 14 de febrero.Eso quizá venga a cuento debido a las constantes decepciones y frustraciones amorosas y sobre todo amistosas que he ido construyendo conforme el inexorable tiempo transcurre. Hace ya algún tiempo pretendía que no existía la necesidad de confiar mis problemas a algún hombre o mujer que quisiera escucharme ya que; de acuerdo con mis principios individualistas, hedonistas y sobre todo al imperativo categórico que me indispone a escuchar sinceramente a alguien en esos momentos de intimidad, claramente nadie se encontraría dispuesta o dispuesto a hacer lo mismo conmigo, y por ello, para que alguien pudiera escucharme, tendría que pagarle a un profesional; pero bueno, parece ser que esa idea es una falacia más en mi vida.

El origen de esa mala idea quizá se encuentra en mi madre, a quien en más de una ocasión le he escuchado decir que mi abuelo y quizá también el abuelo de mi abuelo consideraban que un amigo era un peso en el bolsillo. Una mentira más a desterrar en la absurda ideología impuesta ya que las cosas siempre son más complejas de lo que uno pretende.

Los amigos existen y el amor también existe, a pesar del autosabotaje que este sistema impone en nuestras cabezas desde que somos arrojados a este mundo, y que nos lleva a lanzar todo al carajo a la menor provocación. En verdad que he sido muy mala para las relaciones humanas; sin embargo, a todos esos y esas que en este día consumista y lleno de corazones la pasarán a un lado del amor de sus días o de muchos amigos amables, les envío un cordial y afectuoso "felicidades"; especialmente a la marilú que además de tener muchos amig@s y amores cumple años este 14 de febrero.