Ensayos maniacoideológicos

cacofonías del egoísmo

5/09/2003

Desde que inició el presente mes y después de una considerable ausencia de "nota periodística" he tenido que chutarme, además del insoportable calor que supera con facilidad los 30 grados centígrados; una cantidad increible de anuncios publicitarios para "regalarle a mamá". Los comerciantes pretenden que ahora sí, las masas enardecidas y cargadas de billetes, arriben a los grandes (y pequeños) almacenes de prestigio a comprar el regalito de 10 de mayo, pero...

En verdad que hay momentos en que no puedo soportar el continuo chantaje a que soy (y supongo que algunos ademá de mí consideran lo mismo) sometida por esas campañas publicitarias, las cuales, solamente me hacen recordar lo endeudada que me encuentro y el "ridículo" que haré cuando llegue a casa de mi madre el día de mañana y le obsequie una flor o quizá un litro de aceite de olivo o ¿porqué no, un pan de amaranto?, o ¿un medio kilo de aceitunas?.

Para lo único que sirven estas fechas emblemáticas es para comprar, comprar y comprar y endeudarme aún más de lo que ya estoy.

Joder, pero cuando me encuentro con mi madre, disfrutando de algun desayuno o comida o cena, y resulta que es el día de las madres, en verdad que la mento no poder regalarle algun presente más representativo... no se quizá un viaje a sudamérica o un spa, en fín... De cualquier forma, tengo que cumplir con el ritual anual así que trataré de darle mucho cariñito a mami, ya que sin duda este será uno de los días de las madres más pobres de los últimos años.

5/08/2003

Ya han pasado muchos días desde el último en que escribí algo en este espacio. El no haber escrito es el resultado de mi ya tradicional y cíclica apatía. Las cosas siguen, el mundo continúa su recorrido histórico y las gentes van y vienen. Mis ocupaciones profesionales se han visto apresuradas por mi decisión de cambiar de camino. Mis fines de semana se han transformado de la fiesta perpetua a un inesperado trabajo en Valle de Bravo. El par de semanas que me he embarcado en un auto deportivo con ese destino aún me tienen un poco desconcertada...

La necesidad de construir un futuro “económicamente seguro” me llevaron a aceptar un trabajo en el que debo de convivir durante dos días de la semana con un grupo social sensiblemente distinto al mío.

Bajo la consigna de “siempre manejarme segura” he logrado integrarme con cierta facilidad en ese mundo de arrogancia y engreimiento de los tolucos y defeños ultramegafresas en busca de la "tranquilidad" que puede ofrecerles o el club de veleo avándaro o el santuario.

Aún no se si sea lo suficientemente cínica para seguir invirtiendo mis siguientes fines de semana en la dichosa inmobiliaria. De cualquier forma, y de hecho, no la he pasado nada mal... sobre todo y gracias a las meriendas con paté de campaña, pan recién horneado y vino cavernet terra noble, así como a las deliciosas tartas de frutas del bosque.

Sobre los muchos chicos lindos... ni hablar, suelen ser tan estúpidos como lo son en cualquier parte, solo que además de eso, en esos lares tienen mucha lana y eso los hace insoportables...