Sin querer, de pronto, el año casi fenece y estoy más que consciente que este año ha sido poco productivo en este espacio que ahora cumple tres años de existencia. El frio-calorcito que se siente en esta horrenda ciudad, que día con día se encuentra más plagada de autos y tráfico, aviva las ganas de tener un poco de dolor en la vida. Las depres pueden ser una opción ante la inocuidad del mundo. El año próximo será mucho más brutal que el presente; sobre todo, en lo que se refiere a las tres opciones que se ofrecen para que nos (des)gobiernen. Nuevamente un lugar común. Las cosas seguirán como hasta ahora, pero, con mucha más basura en las calles, mucha más basura en la televisión y mucha más basura en en la radio, en el espacio, en el mundo.

El trabajo continúa siendo una prioridad en mi vida, el cual, ha logrado dejar en segundo plano eso que en algun momento consideraba terminaría en este año: la tesis; sin embargo, todo gracias al dichoso y terrible trabajo, he logrado conseguir un par de libros que tenía pendientes en esa investigación que será superada por los acontecimientos coyunturales el próximo año. Así las cosas, la diversión continúa representando un respiro cíclico ante este debastador sistema de las cosas y la basura continúa acumulándose.