Los escenarios cambian. El mundo dilata y se transforma. La gente se alinea a la derecha...
7/07/2006
7/05/2006
El síndrome del ya merito
Y "la fiesta de la democracia" -procedimental- se convirtió en un caos; al parecer, las campañas aún no han llegado a su fin, y los operadores políticos no han dormido mientras tratan de encontrar, en cualquier rincón del país, el mínimo indicio de inconsistencia, de tranza, de chapuceo, de error; y hoy día, mientras se cuenta acta por acta, y después de que las supuestas inconsistencias, que no fueron registradas en el llamado PREP, redujeron la diferencia del triunfo de Calderón de un punto porcentual a casi la mitad, el final es poco menos que cardiaco.
Pero por lo pronto nada para nadie, el impase tiene fecha de término y llegará cualquiera de los dos a su único objetivo en la vida. Tanto Felipe Calderón, como Andrés M. López Obrador, quienes a toda costa pretenden ser el Presidente de la República están viviendo un poquito de eso que a diario sufren millones: la incertidumbre del mañana (uyyy!!!). Pero no sólo sufren ellos, además sufren cientos y cientos de personas que ya se encontraban "ya se miraban" en algun puesto que les daría además de un sueldo fijo y posibles negocios personales, la estabilidad que adolece más de ochenta porciento de la población de este ridículo país.
El síndrome del ya merito ha llegado a las altas esferas del poder; pero, cuando se decrete quien ocupará la "máxima investidura" las cosas volverán a la normalidad y la sociedad continuarán sumida en los ánimos que lo han caracterizado desde hace mucho: oportunismo, depresión, hambre, sumisión.
Incluso en estos momentos el mismísimo rector de la UNAM, después de haberse encontrado estratégicamente a un lado de Andrés Manuel, ahora, certifica la cientificidad de los instrumentos de medición del IFE, el llamado PREP. ¿Cuantos más faltan por manifestar su respaldo al ganador y su rechazo al perdedor? Pronto quedará claro.
Y "la fiesta de la democracia" -procedimental- se convirtió en un caos; al parecer, las campañas aún no han llegado a su fin, y los operadores políticos no han dormido mientras tratan de encontrar, en cualquier rincón del país, el mínimo indicio de inconsistencia, de tranza, de chapuceo, de error; y hoy día, mientras se cuenta acta por acta, y después de que las supuestas inconsistencias, que no fueron registradas en el llamado PREP, redujeron la diferencia del triunfo de Calderón de un punto porcentual a casi la mitad, el final es poco menos que cardiaco.
Pero por lo pronto nada para nadie, el impase tiene fecha de término y llegará cualquiera de los dos a su único objetivo en la vida. Tanto Felipe Calderón, como Andrés M. López Obrador, quienes a toda costa pretenden ser el Presidente de la República están viviendo un poquito de eso que a diario sufren millones: la incertidumbre del mañana (uyyy!!!). Pero no sólo sufren ellos, además sufren cientos y cientos de personas que ya se encontraban "ya se miraban" en algun puesto que les daría además de un sueldo fijo y posibles negocios personales, la estabilidad que adolece más de ochenta porciento de la población de este ridículo país.
El síndrome del ya merito ha llegado a las altas esferas del poder; pero, cuando se decrete quien ocupará la "máxima investidura" las cosas volverán a la normalidad y la sociedad continuarán sumida en los ánimos que lo han caracterizado desde hace mucho: oportunismo, depresión, hambre, sumisión.
Incluso en estos momentos el mismísimo rector de la UNAM, después de haberse encontrado estratégicamente a un lado de Andrés Manuel, ahora, certifica la cientificidad de los instrumentos de medición del IFE, el llamado PREP. ¿Cuantos más faltan por manifestar su respaldo al ganador y su rechazo al perdedor? Pronto quedará claro.